miércoles, 30 de marzo de 2011

Poema 37

El hombre se diluyo sobre el vaso con sus amores inacabados
Sus lienzos dormidos y el llanto de sus musas
Todas desnudas sobre el marco de la ventana
De la boca las hormigas se le volvieron palabra
Terrón por terrón le pusieron saliva y victoria al día
Para que deambulen las precariedades del ser
No se admitió recorrido ni mapa en la proeza
Solo el olor de los azahares
Las palabras se regocijaron del discurso propagado
De la simiente sembrada
De las musas que reían
Y del hombre
Ahuecándose en el murmullo


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