miércoles, 23 de marzo de 2011

Poema 34

Los pies le sangraban savia cuando regresó
Develando los misterios de una corteza sobre el carbón
Se apago el corazón como una vela
Y descanso por primera vez sobre la silla
Todo lo reflejaron sus ojos: el fuego el agua el negro el gallo sobre la mesa las plumas sobre el piso la fuente sin agua el gato hambriento la niña llorando la tierra el agua la tierra
Le abatieron de a ratos los disparos el vuelo de las moscas frenéticas
Siguió sentada vacía
       
               o buscándose en ese instante

le volvió el rastro perdido de un hombre y de un niño
el viento y un sauce la plegaria sobre la tarde el beso y un llanto
un quejido parecido a la muerte          el cerro

(Esa tarde se encontró para seguir el vuelo)

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