Para Adán, aquella habitación, era un mundo por descubrir, de amplias terrazas y soles incansables, de selvas creciendo y límites aún no fundados.
Para Eva, aquella habitación, no tenía ventanas ni aire, era tan, tan pequeña que apenas cabían Adán, la serpiente y ella.
Van Eyck-Adán y Eva |
No hay comentarios:
Publicar un comentario