sábado, 5 de marzo de 2011

Poema 23


De cañaverales amarillentos 
Regados a sangre o pueblo o miedo
Nombraron senderos ocultos errando en busca de algo parecido a Dios
no simple oración pecado comunión
cantó nanas como murmullos grito rió pensó amó nació
hombre náufrago
olvidando el porqué sus manos tiemblan.
El tono de su voz aleteo desaparecido entre las hojas
se nombro sin recordarse al mirar la cruz
Los cañaverales eran simples cañaverales de novias de siesta
Y la sangre solo el agua repartida de una lluvia lejana
Los senderos solo suburbios de la memoria
Donde el Dios tantas veces de cara a la pared
Le repetía parábolas de semillas y espinas.

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