Algunos creyeron en su sonrisa eterna
mueca revestida y sin alma
cayeron obnubilados por el gesto teatral
de bondades brillantes
como los espejos frente al sol.
Nadie le vio el alma.
Nadie le supo el nombre.
Solo repetían lo buena que era.
Pobre grotesca figurilla
de arcilla
bajo el agua.
¿Qué será de tu mueca
cuando pare la lluvia?
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